La caricia de los ángeles
Me brindas tu caricia de luz, tu caricia de amor, tu caricia sincera, tu caricia que me viene de la mano abierta del cielo estrellado, de ese manto que arropa al mundo con tanto cariño que envuelve nuestros sueños con una estela de destellos de paz, mientras las estrellas abren los ojos a nuestras ilusiones, que se mecen plácidamente en el vaivén de nuestra respiración acompasada, y caminan lentamente en la noche, como aletargadas para despertarse y cobrar vida al alba e irradiar en nuestro horizonte, en nuestra mirada, en el nuevo día, animadas por la fuerza y el impulso de nuestro corazón y la fe en el camino que los ángeles abren ante nosotros.
D/A
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