
Todas las obras de Dios están coronadas por su Misericordia infinita. Por eso si confiamos en la Misericordia de Dios, entonces no debemos tener miedo a nada ni a nadie, ya que todo lo que sucede en el mundo y en nuestra vida está gobernado por Dios, que es la Bondad infinita, y que no permitiría algo que fuera un verdadero mal para nosotros.
La confianza en Dios expulsa el miedo, y al contrario, la desconfianza en Dios, hace que el miedo se meta en lo profundo de nuestra alma.
Por eso tenemos que hacer el propósito de confiar cada vez más en Dios, en su Misericordia, en su Bondad, meditando y reflexionando cada día en que todo lo que sucede, absolutamente TODO, está gobernado por Dios, y Él lo quiere o, al menos, lo permite por bondad hacia nosotros.
Con este pensamiento enfrentemos la vida y caminemos contentos por el mundo, sabiendo que Dios nos cuida y que, como dice Jesús en el Evangelio, hasta nuestros cabellos están contados, indicándonos con ello que a Dios no se le escapa ni un detalle de nosotros y nos cuida hasta en las cosas más mínimas.
Jesús, en Vos confío.