Cayendo silenciosa, de blanco al mundo arropado. Subi, vapor, a lo alto, desciendo al suelo, copo; subí gris de los lagos que la quietud estanca, y bajo blanca al mundo... ¡Oh, qué bello es ser blanca!
La blancura es el himno más hermoso y mas santo; Ser blanca es orar, siendo yo, pues, blanca, oro y canto.
Ser luminosa es otro de los cantos mejores: ¿no ves que las estrellas salmodian con fulgores? Por eso el rey poeta, digo en himno el amor: "El firmamento narra la gloria del Señor".
Se tú como la nieve que inmaculada llueve. Y yo calmé: - Alabemos a Dios, hermana Nieve.
Autor: Amado Nervo
|