El ajo
Es un excelente depurativo, que ayuda a eliminar toxinas.
Contra lo que se supone, causa mal aliento en las personas que tienen una mala alimentación (grasas, alcohol), por lo que ayuda a liberar toxinas que una vez eliminadas, ya se despide mal olor.
El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas.
Está formado por un bulbo (o cabeza) con varios dientes rodeados por una envoltura de finas capas.
Se recomienda comerlo crudo: cocido pierde más del 90% de su efectividad.
Se emplea para combatir parásitos intestinales.
Colabora en disminuir el nivel de acido úrico, es estimulante, diurético, descongestionante y expectorante.
El ajo ayuda a eliminar residuos que van quedando en el organismo, ayuda bajar el colesterol malo o LDL. Su consumo frecuente previene la hipertención arterial y la mala circulación. En casos de reuma, da excelentes resultados, crudo, rallado, aplastado o picado, en una taza con un caldo de verduras, tomándolo media hora antes de las comidas.