Desmontando los mitos más populares sobre salud
Las creencias en torno a la salud siempre han despertado polémica y seguirán haciéndolo. Lo cierto, es que gracias al avance de las investigaciones médicas, muchos de los mitos se han desmontado, por ello, conviene conocerlos para sepultarlos de una vez por todas.
A continuación, algunos de las leyendas más populares sobre salud, nutrición y bienestar.
Mito El huevo eleva los niveles de colesterol
Falso. La mala fama de este nutritivo alimento ya es cosa del pasado, aunque recuperar su reputación ha tardado varios años. Se cuenta que hasta finales del siglo pasado se recomendaba limitar el consumo del huevo, por su alto contenido de colesterol, como una medida de prevención cardiovascular. En 1973, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) recomendó limitar la ingesta de huevos a un máximo de tres por semana. Esta idea fue aceptada durante años por los responsables sanitarios, quienes a su vez la transmitieron a la población general. No obstante, tiempo después diversos estudios demostraron que la ingesta moderada del huevo no incrementaba el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, lo que llevó a la Asociación Americana del Corazón a modificar su recomendación, tanto que en su revisión del año 2000 declaró que «el colesterol procedente de los huevos no supone un riesgo añadido para padecer enfermedades cardiovasculares, permitiendo recomendar la toma de un huevo al día, en lugar de la recomendación previa, de hasta tres huevos a la semana». *Huevo.org.es
Mito La cafeína aumenta el riesgo de padecer osteoporosis
Falso. Algunas investigaciones sugieren que el consumo de cafeína puede incrementar la pérdida de calcio a través de la orina. Sin embargo, se ha comprobado que dichas pérdidas son mínimas y que el consumo de cafeína en dosis normales (todo exceso es perjudicial) no afecta el nivel de calcio ni la densidad ósea, especialmente en mujeres que consumen calcio en cantidades adecuadas. *Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC)
Mito El uso de brasieres o sostenes con varillas (alambres) producen cáncer de seno
Falso. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, afirma que los brasieres o sostenes con varillas no causan cáncer de mama. En especial, no existe una verdad absoluta que explique por qué algunas personas desarrollan cáncer y otras no. Pero está muy claro que el usar brasieres o sostenes con varilla no aumenta el riesgo de que una mujer padezca cáncer de seno. *National Cancer Institute.
Mito La sal engorda
Falso. Partamos de la base que la sal es un mineral, el cual al igual que las vitaminas, no aporta calorías. “La sal brinda dos elementos necesarios para el cuerpo humano como son el cloro y el sodio, que no pueden ser producidos por el organismo y por eso se necesita incorporarlos con la dieta. Estos minerales realizan múltiples funciones necesarias, como el mantenimiento y la regulación de los niveles de agua en el organismo, la regulación del equilibrio ácido-base, el transporte de sustancias a través de las membranas celulares o la producción de los impulsos nerviosos.” expone la Dra. Ana María Roca Ruiz, Máster en Nutrición de pulevasalud.com. Además, añade: “La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos consuman alrededor de 5 gramos de sal por día para el mantenimiento de estos procesos. Sin embargo, su exceso es perjudicial, produciendo como efecto inmediato la retención excesiva de agua en el organismo, dificultando su eliminación por la orina. Este exceso de agua hace que aumente el volumen y el peso corporal, pero no aumenta la masa grasa corporal, que es la que define el nivel de obesidad”. *pulevasalud.com
Mito Leer con poca luz daña los ojos
Falso. Varias generaciones han crecido con esta idea, y se han percatado de crear un ambiente iluminado a la hora de leer para evitar un daño en la visión; sin embargo, se ha confirmado que es completamente falso. Así lo ha demostrado el Instituto Nacional del Ojo de los Estados Unidos, el cual expresa que al leer con poca luz el ojo deberá hacer un esfuerzo extra, por tanto, le causará cansancio, pero en ningún momento se verá perjudicado. *National Eye Institute.
Mito La goma de mascar tarda siete años en descomponerse dentro del estómago
Falso. Tal vez este mito nació como una forma de prevenir que los niños tragaran los chicles, pues se decía que la goma se adhería al estómago causando estragos en el sistema intestinal. La realidad es que diversas publicaciones médicas han explicado que en condiciones normales, el estómago está lo suficientemente preparado como para desechar esta golosina, de ninguna forma se quedará pegada y menos por siete años como se solía atestiguar. Un artículo publicado por el Hospital de la Universidad del Sur de California (USC University Hospital), dice: “Aunque generalmente es buena idea escupir su goma de mascar cuando se acaba el sabor, tragársela ocasionalmente es bastante inofensivo en piezas pequeñas; la goma de mascar pasa a través de su sistema como lo hacen otros alimentos, saliendo del cuerpo de la misma manera.” *uscuniversityhospital.org
Mito La comida orgánica es más nutritiva
Sin comprobar. La idea de que los alimentos orgánicos son más saludables que los alimentos producidos de manera convencional, se basa en la creencia de que los primeros tienen cualidades superiores, son más ricos en nutrientes, contienen menos pesticidas y fertilizantes sintéticos. No obstante, los estudios realizados hasta la fecha ni confirman ni desmienten el hecho de que los alimentos orgánicos sean más nutritivos que los alimentos producidos de la manera convencional porque las propiedades nutritivas y el sabor dependen, en gran medida, de la variedad y las condiciones de crecimiento (como el suelo, el clima, etc.) *saludalia.com
Mito El azúcar hace que los niños se vuelvan hiperactivos
Falso. Según informa una investigación en la British Medical Journal (Revista Médica Británica) el azúcar y sus supuestas consecuencias de hiperactividad en los niños, no tienen nada de verdad. “Ninguno de estos estudios, ni siquiera los que analizan específicamente a niños con el trastorno de déficit de atención por hiperactividad (TDAH), lograron detectar ninguna diferencia entre el comportamiento de niños que habían consumido azúcar y el de los que no la comieron”, afirman los investigadores. *BBC Mundo.