En el jardín de mi ilusión
te hiciste paso,
sembraste en él,
todo tu ser,
todo tu encanto.
Con la semilla de tu mirada
me convertiste en tu dama,
la regaste con tu alegría
por tener tu mujer soñada.
Riégalo cada día,
airea la tierra,
oxigena su encanto,
haz que crezca tanto, tanto...
Así el jardín será prado
grande, verde, floreado.
Será nuestro universo soñado,
donde nos perderemos ambos.
a/d