Todos buscamos amor, salud, larga vida. ¿Existe acaso alguna manera de lograrlo? Sí, gracias a la hormona natural oxitocina. La oxitocina que produce nuestro cuerpo es bautizada la “hormona del apego” porque crea un vínculo de amor y generosidad que perdura. No hay amor sin oxitocina. El mejor estimulante de la hormona es el amor y el cuidado del otro. Por eso contactos, caricias, vínculos emocionales, aumentan la hormona.
La oxitocina es conocida desde hace muchos años porque desencadena las contracciones uterinas en el parto y estimula la lactancia.
Pero hoy sabemos que la oxitocina tiene poderosos efectos en muchos campos y en ambos sexos. La oxitocina es una hormona (de respuesta lenta), y un neurotransmisor (de respuesta casi instantánea), de gran eficacia.
Empezando por el parto, donde las oleadas de oxitocina crean un vínculo intenso, en ambos padres, para garantizar el cuidado del hijo.
Todos creamos vínculos: con enamorados, familias, amigos y hasta con animales; y vivimos más y mejor gracias a ellos. La oxitocina es la razón por la que las parejas amorosas viven más, por la que el cuidadoso cariño de los padres los hace longevos, por la que el amor a las mascotas ayuda a sanar, por la que los grupos de apoyo son tan provechosos...
¿Por qué la oxitocina es tan beneficiosa para la salud? El mecanismo no está totalmente develado, pero una de las claves es que contrarresta los efectos del cortisol, la hormona del estrés. Menos estrés significa mayor inmunidad y una recuperación de la salud más rápida. El estrés es la causa, o el agravante, de casi todas las enfermedades conocidas.
La oxitocina es la encargada de consolidar la pareja. Un abrazo amoroso libera oxitocina en el cerebro ya a los 20 segundos, facilitando el vínculo y despertando confianza y seguridad.
La oxitocina crea placer durante el contacto corporal, la excitación y la satisfacción sexual. Es durante el orgasmo que los crecidos niveles de oxitocina llenan de goce a mujeres y varones.
Cuando los enamorados están separados, extrañar al otro puede ser muy doloroso. Un extrañamiento no sólo psicológico, sino también físico, ya que el cerebro entra virtualmente en un síndrome de abstinencia por falta de hormona. Cuando los enamorados se reencuentran, caricias, besos, orgasmos, estimulan la hormona llenándolos nuevamente de amor y confianza.
Investigaciones muestran que altos niveles de oxitocina se reflejan en una mayor capacidad de resolver problemas de pareja, disminuyendo conflictos, ansiedades, agresiones y estrés.
La oxitocina, al disminuir el cortisol, alivia los trastornos de depresión y ansiedad, creando un clima de tranquilidad y conexión que modifica la percepción del mundo. También reduce las adicciones, creando menos síntomas de abstinencia, que ayudan la cura.
No existe oxitocina en píldora. Si quieres elevar tu oxitocina “conscientemente”: sé generosa/o, cuida y vincúlate con los otros, y ten sexo con el corazón abierto. Entonces, la hormona del apego podrá consolidar tu pareja. Tal vez por un tiempo. Quizás para siempre.