
Me besarás los ojos... estarás a mi lado... Adiós,
hasta mañana, hasta mañana amor. Y caerá en mis pupilas una luz
bienhechora, la luz azul-celeste de la última hora.
Una luz tamizada
que bajando del cielo me pondrá en las pupilas la dulzura de un velo. Una
luz tamizada que ha de cubrirme con su velo impalpable como un velo de
boda.
Oh, silencio, silencio... esta tarde es la tarde en que la
sangre mía ya no corre ni arde.
Oh, silencio, silencio... en torno de mi
cama tu boca bien amada dulcemente me llama.
Oh silencio, silencio que
tus besos sin ecos se pierden en mi alma temblorosos y secos.
Oh
silencio, silencio que la tarde se alarga y pone sus tristezas en tu lágrima
amarga.
Oh silencio, silencio que se callan las aves, se adormecen las
flores, se detienen las naves.
Oh silencio, silencio que una estrella ha
caído dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.
Oh silencio,
silencio que la noche se allega y en mi lecho se esconde, susurra, gime y
ruega.
Oh silencio, silencio... que el silencio me toca y me apaga los
ojos, y me apaga la boca.
El
secreto de la felicidad
no
está en hacer siempre lo que se quiere,
sino
en querer siempre lo que se have.
Autor
desconocido
Alex
& Odris
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