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Martes 165-200 |
14
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Apocalipsis 1:8
De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota (o iota) ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Mateo 5:18
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Junio 2011 |
Jesús dijo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47 |
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Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos. Hechos 15:11 |
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El alfabeto griego
El alfa es la primera letra del alfabeto griego, la omega la última y la iota la más pequeña. Cuando Jesús dice: “Yo soy el Alfa y la Omega”, es como si dijese: «Yo soy la A y la Z», y añade: “el principio y el fin” (Apocalipsis 22:13). La Biblia termina con este mensaje personal de Jesucristo, como si insistiese diciendo: «Yo soy toda la Palabra». Esto nos recuerda dos pasajes: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:1, 14). “Dios… nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:2). Jesús es a la vez la revelación del amor divino y quien lo trae a esta tierra. Ahora que Jesús, la Palabra encarnada, ha subido al cielo, el hombre puede hallar en la Biblia su mensaje completo. Jesús está presente en cada página del Santo Libro; no hay nada que añadir ni quitar a las palabras de ese Libro (Apocalipsis 22:18-19). No se puede suprimir ni siquiera una iota, es decir, no se puede suprimir ni el más mínimo detalle. De forma directa o figurada, en la Biblia todo nos habla de Aquel que fue el creador del universo y que subsistirá después de su destrucción. “Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero” (Isaías 48:12). “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14). Ese es Jesús, el Hijo de Dios.
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