Algunas personas dejan de estudiar Kabbalah cuando no ven que los milagros se les materializan de inmediato. Lo que no entienden es que si no encuentran oro después de cavar dos o tres veces no deben culpar a la tierra. Tienen que cavar más profundamente.
Cava más profundamente hoy. Comparte hasta que duela (o ayude). Desempolva esos libros de Kabbalah del estante y dales otra leída. Escanea el Zóhar. El tesoro está allí, sólo tienes que trabajar para alcanzarlo. Trabajar duro.