Abuelo. ¡Cuéntame un cuento!
le pide el nieto al viejo marino.
Si prometes dormirte ya...
El abuelo arropa al muchacho y le cuenta que...
Existen noches donde en los cielos,
la tierra y mar se rompen la calma con
explosiones de besos de luz y color.
Dicen que quizás son intentos que hace la noche
por recuperar el resplandor de la luna que ahora vive sumergido en lo profundo del mar.
En aquel pueblo cerca del mar, todos conocían
la historia de la chiquilla que robó la luna a la noche.
Ante el asombro de todos, un día se vio brillar
el resplandor de la luna bajo la piel de la niña.
Los ojos brillantes del nieto le piden que no
se detenga que quiere saber mucho más.
No te impacientes le dice el abuelo...
ahora te cuento el final.
Era una niña preciosa, morena, de ojos grandes,
serenos y soñadores. Ansiaba tanto el amor que en las noches en que la luna resplandecía en los cielos como dueña y señora, la envidiaba tanto...que sobornando
a una nube, trepó robó y escondió bajo su morena piel,
la luna de julio nueva.
¡¡¡Oscura y solitaria quedó la noche!!!
Un llanto desesperado rasgó la noche.
Y es que sin importarle ni la oscuridad ni la noche...
teniendo la luna en la piel, la niña fantaseó
y se vio hermosa. Quiso entonces ser:
nube relámpago, brisa, calor, romance, color,
espejo y canción, poema, sueño, prenda de amor.
Era guapa, nacarada y pretendía con su resplandor... acabar enamorada. En las noches sin el brillo de la luna, triste y como ciego se movía el mar.
Presumiendo de color, la niña bailando bajó a la playa.
Llegó el mar a su lado, sintió su luz, su calor, vio en la danza de sus ligeros y alados pies, deseo y pasión,
se enamoró de su lumbre, de aquellos ojos serenos,
se enamoró de su amor.
Entre explosiones de luz y fuego, húmedas caricias
y ansias de saciar pasiones...hicieron que la“chiquilla con luna” en un beso azul de agua...se entregara sin reserva al mar.
Y los más viejos del lugar tienen sus dudas si fue... la erupción de un volcán, o uno de esos carros de fuego quien de la playa a la chiquilla arrancó y entre olas azules y vientos huracanados se la llevaron al reino del mar donde viven las sirenas.
Y cuentan...que todo ocurrió entre un gozoso ¡¡te quiero!!! el trepidar de la tierra y un alarido dichoso del mar.
Con brillo de luna nueva vive la niña en las profundidades del mar.
Pero... ¡La luna odia estar prisionera!,
¡¡¡ Por alumbrar la noche se muere!!!
El mar comprende sus ansias
y bailando la lleva a la playa.
Cuando la niña se duerme, sale la luna a la noche.
Pero... allá por la madrugada cuando la niña despierta,
no siente el calor de la luna y tiene miedo, se ve sola chiquita, y... rompe a llorar y...grita, pidiendo la luna al mar.
Y me contaron cariño... que en entre el ir y el venir de la luna hacia la noche... el llanto de la niña y esa fatal atracción que por la luna siempre sintió el mar...
se crearon las mareas.
Y,,,Colorín colorado...el cuento se ha acabado.
¡Duerme y sueña chaval!.
Mañana... el abuelo te contará más.