La muerte asoma por mi puerta
la muerte pisa mi morada
Llévame lejos paloma!
Llévame lejos bonanza!
La muerte se apodera de mi padre
la muerte roba mi cariño
Llévame lejos poema!
Llévame lejos quejido!
La rabia impotente y austera
llega invade y se adueña
de mi pecho, de mi mente
de mi vida y de mi muerte.
Pero el sol sigue saliendo
como siempre mudo testigo
de la angustia, del llanto
del dolor y del vacío.
Emma Miras