Hay tres diferentes tipos de fobias: fobia específica, fobia social y agorafobia.
Fobia Específica
Una fobia específica es un miedo intenso ante un objeto o una situación específica, que en realidad no representa ningún peligro. Algunas de las fobias más comunes son las fobias a las alturas, a los aviones, elevadores, arañas, lugares cerrados, perros, al agua y a la sangre. Casi cualquier cosa puede ser el objeto de una fobia. Existen fobias poco comunes como miedo a un cierto color, a las sillas, a las plumas de pájaro o incluso a ciertos sonidos. Las personas tienden a evitar aquello que detona la fobia y el simple hecho de pensar en el objeto de la fobia produce ansiedad. Las fobias específicas afectan a 1 de cada 10 personas y suelen ser más comunes en las mujeres.
Fobia Social
Es el miedo a hacer el ridículo o a sentirse humillado frente a otros. En ocasiones se confunde con la timidez, pero la diferencia es que la fobia social va acompañada de una intensa ansiedad al tener que enfrentar situaciones sociales, mientras que en la timidez la ansiedad es leve. Las personas con fobia social tienden a evitar las situaciones que pudieran constituir un “riesgo” de ser avergonzado, por lo que muchas veces se aíslan de los demás, dejan de asistir a la escuela o al trabajo y evitan reuniones sociales. Las personas con fobia social tienden a ver sus errores más grandes de lo que son, sienten que las miradas de todos están encima de ellos, se sienten criticados y juzgados.