|

|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.

|
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
|
De: Evelyn |
Enviado: 21/09/2011 14:02 |
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que,
mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí,
libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 11 de 26
Siguiente
Último
|