Nunca podré comprender;
cómo es que tú entraste en mí ;
llenándome de ilusión, y aquietando mi vacío corazón;
que soñaba con razón; poder pleno estar de amor;
y sin darme cuenta yo, tú lo hiciste posesión;
con el encanto de tu voz.
Y por más que yo evité, externarlo a toda voz,
ni sentirlo en mi interior; nunca pude reprimir;
esa hermosa sensación, qué llenó mi corazón,
de ilusión y de dolor; y me hizo conocer
realmente lo que es amor.
Porque siempre se notó, en cada aliento de mi voz;
en mi olor, en mi color; y en el tono de mi voz;
ese amor qué me invadió; qué jamás tuve valor,
de externarlo para ti., por respeto a tu elección.
Más te fuiste sin adiós; y yo entré en desazón;
al jamás saber de tí, quedando mi corazón;
hecho trizas de un dolor; que día a día siento yo.
no hay ya más respiración, que me ayude a soportar;
esta pena que quedo.; y que ahoga mi interior.
No hay palabras que decir, ni tampoco que agregar;
pues vacío me encuentro yo, por tu silencioso adiós,
que me arranca el despertar, con tu ausencia y mi clamor;
qué no logra sosegar, esta pena que hay en mí.
Que me mata cada vez; destruyendo todo en mí;
mas ahora espero yo, que algún día pueda yo,
empezar a resurgir; y quedarme siempre aquí.
Y este triste amor, que lacera el corazón;
que no me deja ni vivir, y que a pesar de estar aquí;
bien presente en mi interior
siempre perdurará; muy grabado en mi interior.
Y en mi pobre corazón, qué se esfuerza por latir
y poder permanecer, porqué no quiero morir;
por mi lucha con tu amor…
Finalmente me tendré que conformar, con tan solo tu recuerdo;
que día a día va lacerando, con su desaparecer;
y qué quiero pero no; porque al menos; mi dolor;
dominará a mi emoción; Y eso será para mi, el librar la enfermedad
que pudiese penetrar; y causara un mal mortal…
y siempre permita aflorar el lenguaje de mis sentimientos.
María del Carmen Leal Bustamante.