¡Acepta, alma alada!
Sueña, recuerda que todo comienza
A partir de tu propio ensueño:
Desde tu imaginación establece y crea
Cómo han de ser y estar las cosas...
No aceptes lo que juzgues intolerable,
Pero lleva siempre de consejera a la humildad.
¿Te das cuenta cabal de que no estás desamparada?
¿Quién piensas que ha puesto El Consejo en tus labios y tus oídos?
¿Lo usarás para tu bien y el de todos en El Árbol?
¿Bajarás de sus ramas los frutos que ya están maduros?
Sonríe y acepta tus lecciones confiadamente,
Porque cada una de ellas es una de Misericordia y Perdón.