Si en tu matrimonio ha habido problemas de intolerancia,
tomen la decisión de cambiar de actitud
y aprender a expresar el sentimiento y no la queja;
procurando a toda costa la paz y la edificación mutua.
Tenemos que decidir soportar las debilidades del cónyuge,
porque él o ella, también tiene que soportar las nuestras!
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso
que Dios te ha dado. ¡¡CUÍDALO!!