"Ser por los libros, para los libros, a través de ellos.
Perdonar a la existencia su básico trastorno, puesto que
en ella hay libros.
No concebir la rebeldía política ni la perversión erótica
sin su correspondiente bibliografía.
Temblar entre líneas, dar rienda suelta a los fantasmas
capítulo tras capítulo.
Emprender largos viajes para encontrar lugares que
ya hemos visitado subidos en el bajel de las novelas:
desdeñar los rincones sin literatura,
desconfiar de las plazas o las formas de vida que aún no
han merecido un poema.
Salir de la angustia leyendo; volver a ella por la misma
puerta. No acatar emociones analfabetas.
En cosas así consiste la perdición de la lectura.
Quien la probó, lo sabe".
Fernando Savater
Neskatilla
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