Culpar a los demás
Cuando algo no nos sale bien o somos víctimas de sufrimientos, sea en sentido espiritual o físico, comenzamos a culpar a los demás, a sacar disculpas.
Casi nunca miramos la realidad, casi nunca buscamos la causa de nuestros dolores y fracasos en nosotros mismos.
Pero la vida nos enseña que lo que plantamos en el pasado lo recogemos en el presente y lo que sembremos hoy lo recogeremos mañana.
Podemos culpar al destino o a quien queramos. Sin embargo, el único destino que existe es aquel que hacemos nosotros mismos, por lo menos, la mayoría de las cosas dependen única y exclusivamente de nosotros, del modo como vivimos.
¿ Cómo puede coger uvas quien plantó césped? Vale la pena recordar aquel pensamiento:
"Dios siempre perdona: Los hombres a veces; la naturaleza nunca"
Lo peor es que sólo valoramos y comprendemos las cosas muy tarde; después de "golpes y golpes" es como abrimos los ojos a la realidad.
La salud recibe su debido valor sólo cuando está quebrantada. Sólo valoramos la electricidad cuando falta la luz. ¿Hasta cuánd, ah?
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