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Miércoles 208-157 |
27
Cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Mateo 7:26-27
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Julio 2011 |
Jesús dijo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47 |
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Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos. Hechos 15:11 |
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La capilla cubierta de arena
Hace mucho tiempo a orillas del mar había una pequeña capilla ubicada en medio de las dunas. Durante muchos años los pescadores de los alrededores se reunían en ella regularmente. Por ello se intentaba que el camino a la capilla siempre estuviese libre de arena. Pero con el transcurso del tiempo el interés de la gente disminuyó; dejaron de ir a la casita de oración. El viento del mar creó remolinos de arena cada vez más densos, hasta que la capilla quedó completamente cubierta, y hoy ni siquiera se sabe dónde está ubicada. ¡Cuántas personas hay que en su juventud declararon pertenecer al Señor Jesús, pero dejaron que la indiferencia las venciese, hasta el punto que hoy ya no se puede saber si son o no son creyentes! No negaron abiertamente a Cristo, pero tampoco tomaron la firme decisión de seguirle. Su vida espiritual fue ahogada por el egoísmo, la dejadez y la búsqueda de sus propios intereses antes que los de Dios. “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”, advierte la epístola a los Hebreos (2:1). Velemos para no descuidar las realidades eternas dejándonos absorber por las cosas pasajeras. “Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel” (Isaías 31:6).
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