.:**:.La Importancia de Hacer Elogios.:**:.
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A menudo en las escuelas, en las familias, en las relaciones, incluso en las terapias… existe
la tendencia a centrarse en lo negativo. Los fallos de otros o de uno mismo se detectan fácilmente
y se destacan por encima de lo demás. Los padres recuerdan una y otra vez a sus hijos
lo que no hacen bien, la pareja nos repite lo que no le gusta de nosotros, el profesor subraya
en rojo los errores cometidos…
Muchas personas defienden que es mejor no creerse los elogios, prefieren desmentirlos
o rebajarlos con modestia cuando los reciben.
Otras opinan que se avanza más observando y recalcando lo que falla, pues sólo así
es posible mejorarlo. Ciertamente, de los errores se puede aprender mucho. Pero,
¿no será posible aprender también reforzando y apreciando lo que sí funciona,
lo que sí nos gusta, lo que sí se ha conseguido?
Un elogio puede ser toda una inyección de confianza y motivación. Mediante él se ofrece
a alguien una imagen más positiva de sí mismo que quizás no era capaz de percibir.
Para ello, tanto es importante que quien da esa medalla lo haga con sinceridad,
como quien la recibe se crea merecedora de ella y le otorgue valor.
Tener en cuenta los siguientes principios ayuda a que los elogios resulten realmente motivadores:
• Mensaje genuino: es de vital importancia que el elogio surja de reconocimiento real
de las capacidades de una persona.
Es útil preguntarse: ¿qué me gusta de esa persona, qué me resulta interesante de ella,
en qué aspectos me parece competente?
• Hablar en primera persona: El elogio gana en potencia cuando el emisor se implica
personalmente en lugar de hablar de generalidades.
Decir, por ejemplo: “Esto a mí me ha encantado, desde mi punto de vista es genial”.
• Ser convincente: Es importante dar el mensaje de manera clara y con seguridad,
y si es necesario explicar con más detenimiento el porqué de nuestro parecer.
• Lenguaje positivo: En lugar de expresar: “no te has comportado como un cobarde” decir:
“Has sido un auténtico valiente”.
• Especificidad: Es mucho más eficaz un elogio cuando se informa de manera específica su razón.
En lugar de decir: “Me ha gustado este trabajo”, expresar:
“Me ha gustado la manera en que has planteado el tema, porque los has hecho
a través de puntos claros y concisos…”
• Momento apropiado: Para que el mensaje sea más eficiente conviene dar el elogio
lo más inmediato posible a la acción que se intenta reforzar.
En ocasiones interesará realizarlo delante de otras personas, en otras en un espacio privado.
• Adaptarse al receptor: Intentar que el elogio sea creíble para la persona utilizando
su lenguaje, teniendo en cuenta y respetando su propia visión de las cosas.
• No insistir con el mensaje: Los elogios que se repiten a menudo pierden fuerza.
Conviene utilizar estos mensajes con generosidad pero a la vez con mesura para no desgastarlos.
• Utilizar visiones de futuro: A veces es útil potenciar el elogio hablando de los posibles
resultados futuros que se obtendrán si se sigue mejorando la cualidad reconocida.
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PRACTICAR EL AUTOELOGIO