Hay gaviotas que vuelan por instinto
otras que como flechas rompen el mar para pescar.
Hay gaviotas que se quedan en la arena
mirando sin ver más allá.
Yo tengo por hermana una gaviota,
Gaviota increíble que me enseñó a volar;
alma bondadosa que me dio amor y paz.
Juntas soñamos, reímos, lloramos,
descansamos y volvemos a volar.
Su fuerza, su individualidad
mostraron que el mundo
eran más que el destino de un ave.
Volar de diferentes formas,
pensar, amar, formar parte de todas
y ser una aparte es importante,
además de pescar, de la playa,
de secarse de las gotas de mar.
Nicole Sagan
Neskatilla