El valor de tu propia fuerza
El valor de tu propia fuerza no es nada
si primero no vienes de rodillas ante
el Señor Jesús, cuando lo has hecho,
Él te da el valor y te muestra cómo puedes
ser fuerte y salir adelante ante cualquier circunstancia. Cuando todo se torna negro
es porque pronto la luz va a salir
y va a iluminar nuestro entorno.
El Señor te da la fuerza que tú necesitas
para tener un corazón fuerte y lleno
de misericordia para perdonar,
no solamente los errores de los demás,
sino los tuyos propios, que a veces
son los más difíciles de olvidar.
Confía siempre en Jesús y Él te dará
la salida que necesitas a tu problema o necesidad.
Recuerda que si un problema no tiene solución de nada sirve preocuparse, y si tiene solución
tampoco hay de qué preocuparse; además
sólo el Señor en su gran misericordia
es el que puede poner fin a nuestros conflictos
¡del tipo que sean!.
No olvides jamás dónde se ganan las batallas,
de rodillas ante la presencia de Nuestro Señor.
Jesús es tu guardador, tu proveedor, Él es tu todo,
háblale y dile lo que sientes; Él siempre está dispuesto a escucharte y amarte como nadie lo podrá hacer jamás.
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