La perseverancia
Nadie llega a la meta con su primer intento, ni se perfecciona la vida
con una simple rectificación, de la misma manera que nadie alcanza la altura
deseada con un solo vuelo. Nadie camina por la vida sin haber pisado
en falso muchas veces...nadie recoge una cosecha sin trabajar duramente,
sembrar la semilla y abonar la tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse
en algunas ocasiones, ni se sube a un barco sin temerle a la tempestad,
ni llega a puerto sin remar lo necesario. Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas,
ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie puede edificar evitando el martillo,
ni se cultiva una amistad con Dios, sin renunciar a uno mismo.
Nadie llega a la otra orilla sin pasar a través del puente. Nadie llega a tener
el alma brillante sin el diario pulido de Dios. Nadie puede juzgar sin conocer
primero su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado
muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta
que ésta pasa por su lado y la deja ir. Nadie llega hasta el pozo de Dios, sin caminar
y sufrir la sed del desierto. “Si tienes claro el objetivo, si todavía conservas
algo de fuerza y de voluntad, si mantienes los ojos puestos en Dios y crees,
obedeces y perseveras con fe, te aseguro, que no dejarás de alcanzar tus sueños”
|