Un día andaba yo, meditabundo y sin rumbo,
hasta que me llegó una luz del cielo en que me
decía: -Hijo mío, nunca estarás sólo, si estás
conmigo, lucha, persevera, ama.
Recuerda el legado que os deje: Amar- amor
y perdón, frases que aprendí de mi padre todo
poderoso. Llena de paz y de amor tu corazón,
regala amor y bondad a todo el que te encuentres,
porque sólo así estarás honrando a mi padre
Santo que está en los cielos.
Hijo mío, por muy duro que sea el camino sigue
luchando que los premios se consiguen al final
de la partida y no al principio, por eso es
muchos no llegan a su meta porque se quedan
rezagados en el camino, sin esperanza, sin luz.
Activa siempre en tu corazón esa llama divina
que tienes dentro y por muchas nubes que veas,
esa luz brillará y nadie la apagará, siempre
y cuando tú no la permitas, porque sabes que
en tu alma mora la luz del espíritu santo y
nadie podrá profanar ese espacio que tengas en tu corazón.
Nunca abandones tu familia, tus seres queridos,
tus amigos, ellos necesitan de ti, como tú a “ellos”.
El perdón, La amistad y confraternidad son
premisas fundamentales para llegar al cielo-
“Los tristes piensan que el viento gime, los alegres
piensan que canta”.
“El mundo es como un espejo que devuelve a cada persona”.