Más suave que la pera en Cuba es la gratísima guayaba, al gusto lisonjera, y la que en dulce todo el mundo alaba, cuya planta exquisita divierte el hambre y áun la sed limita.
El marañon fragante, más grato que la guinda si madura, el color rozagante, ¡Oh! Adonis en lo pálido figura; árbol, ¡oh maravilla! que echa el fruto después de la semilla.
La guanábana enorme que agobia el tronco con el dulce peso, cuya fruta disforme a los rusticos sirve de embeleso, un corazon figura y al hombre da vigor con su frescura .
Misterioso el caimito, con los rayos de Cintio reluciente en todo su circuito morado y verde, el fruto hace patente, cuyo tronco lozano ofrece en cada hoja un busto á Jano.
La papaya sabrosa al melón en su forma parecida, pero más generosa para volver la vacilante vida al ético achacoso, arbol al apetito provechoso.
El célebre aguacate que aborrece a1 principio el europeo, y aunque jamás lo cate con el verdor seduce su deseo, y halla un fruto esquisito si lo mezcla con sal, el apetito.
La jagua sustanciosa con el queso cuajado de la leche, es aún más deliciosa que la amarga aceituna en escabeche: no se prefiere el óleo que difunde porque acá la manteca lo confunde.
El mamey celebrado por ser ambos en la especie: uno amarillo y el otro colorado, en el sabor mejor es que el membrillo, y en los rigores de la estiva seca la blanda fruta del mamón manteca.
El mamoncillo tierno, a las mujeres y á los niños grato, y, pasado el invierno, topo de los frutales el moniato, y el sabroso ciruelo que sin hoja, amarillo ó morado el feto arroja.
Amable más que el guindo y que el árbol precioso de la uva es acá el tamarindo: licores admirables saca Cuba de su fruto precioso, que fermenta, almásigo mejor que Horacio mienta.
El Argos de las frutas es el anón, que á Juno he consagrado; fruto tan delicado, que reina en todas las especies brutas de ojos llena su cuerpo granuloso, al néctar comparable en lo sabroso.
La piña, que produce no Atis en fruta que prodiga el pino, que la apetencia induce, sino la piña con sabor divino, planta que con dulcísimo decoro adorna el fruto con escamas de oro.
El níspero apiñado por la copia del fruto y de la hoja, en más supremo grado que las que el marzo con crueldad despoja, árbol que, madurando, pende y cría dulcísimos racimos de ambrosía.
El coco cuyo tronco ruidoso con su verde cabellera, aunque encorvado y bronco, hace al hombre la vida placentera y es su fruto exquisito mejor plato á la sed y al apetito.
El plátano frondoso… Pero ¡oh Musa! ¿qué fruto ha dado el orbe como aquel prodigioso que todo el gremio vegetal absorve al maná milagroso parecido, verde o seco, del hombre apetecido?
No te canses ¡oh numen! en alumbrar especies pomonanas, pues no tienen resúmen las del cuerpo floral de las indianas, pues á favor producen de Cibeles pan las raíces y las cañas mieles.