La elección del color. Evita tanto los colores muy claros como aquellos demasiado oscuros. Es preferible optar por tonos apenas algo más vivos que la carnación natural de la boca y ceder el protagonismo del maquillaje a ojos y/o mejillas.
¿Y la textura? Huye de las barras de labios ultra-mates, que reducen ópticamente la boca. A más brillo, mayor sensación de volumen. Para un resultado muy natural, maquilla los labios con una barra cremosa o satinada en un color natural, y en el centro del labio inferior apliqua una gota de gloss para darle un aspecto más carnoso.
El delineador, muy útil. Delinear la boca ligeramente por encima de la línea natural de los labios la hace parecer más grande, siempre y cuando se difumine el trazo y se funda con el color del conjunto. Este truco sólo sirve para realzar la forma de la boca, pero nunca para corregirla por completo.
Y dos trucos de experto…
Para redibujar el contorno de los labios a la perfección, conviene cubrirlos antes con base de maquillaje, lo que ayuda a crear un lienzo perfecto para la aplicación posterior de color.
Aplica una gota de sombra perlada o de corrector de ojeras en el centro del labio superior, en el llamado “arco de Cupido”. Esto hace que este pico se vea más pronunciado y la boca parezca más carnosa.