La única mujer que puede ser
es la que sabe que el sol para su vida empieza ahora,
la que no derrama lágrimas sino dardos para
sembrar la alambrada de su territorio,
la que no comete ruegos
la que opina y levanta su cabeza y agita su cuerpo
y es tierna sin vergüenza y dura sin odios,
la que desaprende el alfabeto de la sumisión
y camina erguida,
la que no le teme a la soledad porque siempre ha estado sola
la que deja pasar los alaridos grotescos de la violencia
y la ejecuta con gracia,
la que se libera en el amor pleno
la que ama
la única mujer que puede ser la única,
es la que dolorida y limpia decide por sí misma
salir de su prehistoria.
Bertalicia Peralta