Llena de ira, llena de vida, mi piel respira deseo del deseo, verde cuerpo desnudando su esperanza donde el amor avanza sobre su cielo.
Brotes de más reduciendo límites, taladores firmes de toda regla donde no se suceda por sentimiento, donde no haya adentro asomando afuera.
Curvas de mujer como ánforas plenas, contonean la seda de su tacto en tu nombre, ¡Amame mi hombre atropellándote en ellas! ¡Suéltale a tu deseo las riendas y el desorden!
Desangrantes tribus de mis venas salvajes, arráncales el traje de su silencio, óyeles el verso del suspiro que te laten y se la misma sangre, la misma poesía, el mismo cuerpo.
Desnuda y sin el miedo, sin el ruego, sin pedir, soy de tí con la riqueza de mi deseo, soy un fuego, un elixir, un sentir de tu pecho, navegando el espejo donde mira el coincidir.
Esencia.
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