La gran poeta polaca y Premio Nobel de Literatura 1996, es una de aquellas personas que tras su aparente bonhomía permiten a cualquier mortal volver sobre la fe en las palabras. Su obra es parca, como su estilo, y sin embargo a través de un riguroso trabajo de constancia y de penetración en las sensibilidades contemporáneas ha forjado una manera diferente de contemplar el mundo y escribirlo. Aquí uno que titula simplemente
Agradecimiento
“Debo mucho/ a quienes no amo.// El alivio con que acepto/ que son más queridos por otro. // La alegría de no ser yo/ el lobo de sus ovejas. //Estoy en paz con ellos/ y en libertad con ellos,/y eso el amor ni puede darlo/ ni sabe tomarlo”.