es quien tiene vivencias, que pueden no estar necesariamente asociadas a la edad.
Todo en la vida es encanto cuando ingresamos en la adolecencia.
Todos los sueños son posibles,
todo es fiesta y el paraíso parece estar al alcanze de nuestras manos.
Hallamos que el primero amor va a durar para siempre, que vamos a progresar en el trabajo,
que las personas con las cuales convivimos serán siempre sinceras y gentiles.
Un día, somos puestos delante de los primeros obstáculos: perdemos nuestro amor,
anochece en el paraiso, descubrimos que necesitamos competir
y trabajar duro para llegar a algún lugar y que ni todas las personas quieren nuestro bien.
Nuestros sueños se quiebran y adquirimos experiencias, nos volvemos adultos, maduramos.
Y duele. Dolemos nosotros, duele nuestro ser, duele la vida.