Nunca estamos solos, el amor nos escolta
todo el tiempo, vive con nosotros;
aún en los momentos de desesperanza y sinsabor
cuando olvidamos nuestra capacidad
curativa y amorosa, el amor encuentra
los conductos necesarios para abrazarnos.
Depende de nosotros aceptar sus obsequios (las llamadas “casualidades“
que más bien son una guía para encontrar nuestra misión).
El amor no se cansa de permanecer a nuestro lado.
Por el contrario su labor esencial es mostrarnos
el camino adecuado incrementando nuestra conciencia.
El amor es una cualidad que se
nos da junto con la vida, nacemos con ella,
somos seres amorosos por naturaleza, por tanto es natural
que nuestra necesidad primordial sea amar
y ser amados. Los seres humanos,
los animales y cualquier ser vivo se entristece, devasta
y deprime cuando vive el desamor o en desamor.
Todo esto explica que la vida en esas circunstancias
parezca carente de significado, y
de pronto su sentido último se paralice
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