ESE FRAUDE CONOCIDO COMO CULTURA
La cultura y el lenguaje pueden ser la plataforma para una gran libertad y creatividad, pero el problema es que tienden a volverse trampas y la gente cae fácilmente en el engaño, no solo eso, todos participan en mayor o menor grado sustentando y retroalimentando ese fraude conocido como cultura.
Es suficiente con observar y reflexionar, ¿Qué clase de civilización es esta en la que 6 mil millones de personas tratan de autocomplacerse y satisfacer sus deseos luchando, compitiendo, ignorando, abriéndose paso a codazos e incluso machacando a los demás?
A primera vista no es una situación muy complaciente que digamos, y mucho menos satisfactoria. Al punto de poder afirmar que el paraíso creado por la moderna sociedad de consumo se parece más a una creación de algún demonio, que a fuerza de repetir e inculcar generación tras generación, cultura mediante, una sarta de valores absurdos, arbitrarios e injustos, en realidad genera insatisfacción, infelicidad, sufrimiento y aislamiento.
Sin embargo si te detienes, paras un momento el motor, y te dedicas a observar y a percibir el mundo y como son las cosas en verdad, veras que todo es un gran engaño. Tenemos todo para vivir una vida sana y feliz, individual y colectivamente. Poseemos información, energía, avances tecnológicos, materia más que suficiente y recursos para satisfacer largamente nuestras necesidades fundamentales y permitirnos aprender, explorar, disfrutar y expandirnos como seres universales que somos. El problema es que estamos liderados por los peores, los menos aptos, menos inteligentes, menos nobles, menos visionarios y menos solidarios de todos. Seres hambrientos con habilidad para la mentira y cero imaginación.
También podemos preguntarnos, ¿Qué hacen ahí? ¿Quién los puso? ¿Quién les da poder y alimenta sus ambiciones desmedidas?
La respuesta es muy simple: la misma sociedad.
Somos nosotros que aceptamos implícitamente el fraude y no hacemos nada por impedirlo, no solo eso, contribuimos pagando, consumiendo, votando, prendiendo la TV y participando del show (consciente o inconscientemente), pero sobretodo creyendo en esta realidad creada para la aparente felicidad de unos pocos y la desdicha del resto.
Esta situación de desequilibrio (deshumanización) solo se mantiene a fuerza de alienación y engaños, acompañada de crisis económicas, guerras, explotaciones encubiertas, países endeudados, globalización, estandarización de la cultura, etc. Y obviamente con el consentimiento de la mayoría.
¿No es una locura?
Neskatilla
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