Sabes...
No me has dicho tanto, ni te he conocido mucho,
pero siento tu ternura en cada palabra tuya.
Y me gusta tu dulzura y cómo dices las cosas
y admiro tu valentía y adoro al ser que me escondes.
Y adivino tu mirada que sueña con ilusiones,
que edifica otros mundos donde moran los quijotes...
Y me encantas porque sabes lo triste que estoy a veces
y con tus palabras haces que mi ilusión se renueve...
Y hay tanto que te diría de todo lo que tú eres;
lo que he sabido de ti, lo que no sé y adivino...
Aunque no me has dicho tanto,
ni te he conocido mucho...
¡Gracias por ser mi amigo!
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