El cielo ha pedido que esta oración poderosa y eficaz se rece diariamente como una esperanza para minimizar o evitar los efectos de la profecía.
Santa Madre de Dios, Virgen Purísima del Pozo, nuestra Señora del Rosario, yo me refugio en la luz de tus estrellas. Cobíjame bajo tu manto protector y permite que la luz que emana de nuestro Señor, tu Amado Hijo Jesús, Dios de Luz, siempre me ilumine y me ampare. No permitas que el cirio de la esperanza se apague, que siempre ilumine mi casa.
Prometo amar a Dios sobre todas las cosas y ser fiel al amor de los amores, a Nuestro Señor Jesús y a ti, Madre
Purísima del Pozo.
Porque escucho el “No tengan miedo”, hoy me acojo a tu promesa y te suplico:
Cuando el viento sople con furia, Purísima del Pozo, ven en mi auxilio, quédate conmigo y protégeme.
Cuando las aguas suban rugientes, Purísima del Pozo, ven en mi auxilio, quédate conmigo y protégeme.
Cuando el fuego se inflame y sea implacable, Purísima del Pozo, ven en mi auxilio, quédate conmigo y protégeme.
Cuando la tierra se estremezca violentamente, Purísima del Pozo, ven en mi auxilio, quédate conmigo y protégeme.
No temo, porque te he recibido en mi casa y mi corazón, demostrando así, mi amor por lo creado por el Padre Eterno.
No temo, porque he recibido en mi casa y mi corazón al Dios Creador, que es Trino, amando un solo Dios en sus tres Divinas Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creo firmemente, que Dios Trino y Su creación son la Plenitud eterna. Virgen del Rosario, Purísima del Pozo, quiero ser fiel a tu Hijo y amarlos por siempre.
Madre Santísima, confío en que siempre Jesús y tú estarán conmigo y me protegerán, librándome del maligno y de todo mal.
También confío en que me auxiliarás y abogarás ante tu Amado Hijo para que, cuando Dios lo disponga, pueda yo nacer a la vida eterna y ver la luz de la felicidad para siempre.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.