Con o sin, para o de, donde, como, cuando, porque, reír, llorar, tocar, amar son sólo simples palabras que pierden su sentido ante la inexistencia de VIDA.
Pero las cuestiones son: ¿Estaremos sintiendo nuestra propia vida?, ¿Felizmente la vivimos? o será que… ¿Somos muertos en vida? Lo importante no es el sentido de la Vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida en cada momento dado, sin olvidar las pequeñas alegrías, por buscar una gran felicidad.
Lo primero que escuchamos al nacer, son las palabras de amor de nuestra madre y el orgullo esperanzador de nuestro padre, pero lamentablemente, olvidamos eso y lo peor de todo es que últimamente… ni está sucediendo.
Luego sigue nuestro crecimiento y con ello la formación como persona y miembro de una sociedad destacada por su egoísmo. Lo fundamental, como aprender a ver, escuchar, leer, escribir y sentir la vida, no está siendo considerado en el plan de estudios que se dicta en nuestra casa, en nuestro mundo.
Ahora, imaginemos como vemos el futuro: ¿Robots humanos, infelizmente materializados en un desierto de destrucción o una gran familia de vida, disfrutando los maravillosos tesoros emocionales que nos ofrece la naturaleza? En cada uno de nosotros, en cada corazón, lejos de lo material, les aseguro que esta la respuesta.
El poder de cambio de vida está en la actitud positiva de cada uno de nosotros y luego como comunidad, aún estamos a tiempo de salvar nuestro planeta y si todos luchamos con armas y estrategias de amor por una buena y salvadora causa, ¡venceremos! Recordemos que “El pueblo unido jamás será vencido”.
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