Esta mañana entro un vientecillo por mi ventana fresco y suave calmado me acariciaba, y por un momento pensé que te miraba, entre ese airecillo que por el cuarto se paseaba, y mis ojos soñolientos con ansias contemplaban, la escena que frente a mi se desarrollaba, tomando mas fuerte en su silbido oía que cantabas, con tu guitarra canciones de amor y esperanzas, y cerré mis ojos ahí quieta y relajada, mientras tu voz en la corriente ¡mi alma arrullaba!