Si tuviéramos el récord del mundo en querernos.
Desayunar tostadas e imaginar cómo sería llevártelas a la cama,
yo los martes y tú los miércoles, y los jueves, y los viernes, y
el resto de los días de nuestra vida.
Y salir a la calle a pasear a nuestros perros,
y pensar que si vivieras al lado esperaría cinco minutos para cruzarme contigo.
Querer repartir el peso de mi vida y de tu vida, meter las dos vidas en un bote
y agitarlo rápido, y luego partir la vida que sale a partes iguales
. Un trozo para mí y otro para ti, que tú tengas de mí y yo de ti.
Y removerme contigo, como se remueve la crema para un pastel,
y tocarte una vez más, y besos y abrazos que no necesiten permiso para pasar,
y que tú leas el periódico en la cocina mientras oyes como tarareo Mon amour en el balcón.
Y vivir contigo, y vivir de ti, y vivir para ti y tu de mi, y que todo sea así de simple pero hermoso y único.