Los lechos negros logran la más fuerte Rosa de amor; arraigan en la muerte. Grandes lechos tendidos de tristeza, Tallados a puñal y doselados De insomnio; las abiertas Cortinas dicen cabelleras muertas; Buenas como cabezas Hermanas son las hondas almohadas: Plintos del Sueño y del Misterio gradas.
Si así en un lecho como flor de muerte, Damos llorando, como un fruto fuerte Maduro de pasión, en carnes y almas, Serán especies desoladas, bellas, Que besen el perfil de las estrellas Pisando los cabellos de las palmas!
-Gloria al amor sombrío, Como la Muerte pudre y ennoblece ¡Tú me lo des, Dios mío!