Confiar… es abrirte a un flujo que nace desde tu centro…, confiar… es dejar la falsa seguridad de lo antiguo…, y es abrazar un mensaje que te viene desde adentro aunque parezca al principio resonar un tanto ambiguo…
Confiar… es saber que nada puede provocarte daño…, confiar… es soltar lo viejo aunque eso cause temor… y es remontarte en las alas de algo que aún te suena extraño, pero que hace que ese vuelo, sea un vuelo liberador…
Confiar… es marchar alegre al encuentro de eso nuevo: una energía ligera que te empodera y te exalta, donde no tienen cabida ni los apegos, ni el miedo, porque su flujo te guía hacia tu expresión más alta…
Confiar… es sentir que ese “algo” lleno de significado que te lleva en su corriente por los pliegues de la vida, ese aliento que unifica lo Humano con lo Sagrado, ese flujo poderoso… ¡es un flujo a tu medida!
Y es al fin, amigo mío, mantenerte en el registro que brinda amorosamente tal conexión verdadera, y al percibir que no merma su Divino Suministro, ¡te transformas en un faro que alumbra la vida entera!
Y al sentir por dentro tuyo ese río que no moja, ese remolino de oro que sólo te impulsa a amar, ese estado que no deja lugar para la congoja…, ¡ya sabes lo que es confiar!.