porque has llenado de ternura las paredes de mi alma:
has logrado echar la pena de este cuerpo naufragante, has podido entrar entre los limites, has derrumbado mil fronteras, has despertado a mi corazón, y a cada uno de mis sentidos;
has permitido que me acurruque en tí para siempre, después de haber visto más allá de mis ojos solitarios.
Soy tuya, sí, porque me has dado alivio después de tantas caídas, y porque llegaste a mi cuando más te necesitaba.