No sabes cuánto me duele amarte
y ni siquiera poder abrazarte,
abrazarte como lo hacía antes
todavía siento tus besos, tus caricias, tus abrazos.
No sabes cuánto quisiera tenerte en mis brazos
me duele porque no puedo olvidarte
quisiera poder volver a acariciarte,
decirte que te amo, que te quiero
pero el destino lo decidió así.
Pero tú sabes que desde el día en que te conocí
yo quedé perdidamente enamorada de ti,
me duele tanto verte con ella
pero tengo que aceptarlo
aunque ni corazón poco a poco se esté ahogando.
Tengo que ver adelante y así dejar de pensarte
sacarte de mi cabeza para siempre
y pedirle a Dios que yo tenga suerte,
pues este es un amor prohibido e imposible
que ya no puede ser
pues yo nunca te debí conocer.