LA FRUSTRACIÓN DEL HOMBRE MODERNO

 

La mayoría de las personas en nuestra sociedad, es una pena, se siente frustrado. ¿Te has preguntado por qué sucede esto?

Muchos estudios se han hecho para descubrir las posibles causas de la infelicidad del hombre moderno y todo a punto una gran causa de todo esto: el hombre mismo.

El hombre trae su equipaje, al nacer, un plan de felicidad. Lleva tres motivaciones básicas que llevan a la satisfacción personal, si es capaz de mantener durante toda la vida.

Una de ellas es tener una relación personal satisfactoria.

Otro, puede ser útil en la comunidad en que vive, y en definitiva, crecer como individuo, alcanzando su autorrealización.

Si todas las personas puedan satisfacer estas llamadas desde el interior de nunca sentirse frustrado o infeliz.

Sin embargo, hay otros recursos muy fuertes que vienen del extranjero, que la sociedad impone como esencial: tener mucho dinero, tener fama y ser físicamente atractivo.

Y cuando se entra en la lucha del ser humano por las posesiones materiales, fama y un aspecto atractivo físico, que a menudo se convierte infelicita frustrado.

¿Y por qué es eso?

Debido a que, en su mayoría criaturas olvidan su ropa interior aspiraciones y empezar a luchar con todas sus fuerzas para conquistar lo que la sociedad llama convencionalmente hombre de éxito.

Y para "salir adelante", por lo que a menudo no se toma la molestia de ir por encima de sus compañeros, y mata a uno de sus motivaciones íntimas: tener una buena relación personal.

Deje de escuchar la voz de la conciencia que llama a la utilidad para la comunidad, y se esforzará para una profesión que le da estatus y fama.

Si la aspiradora, por ejemplo, ser un médico útiles a la sociedad, la profesión comienza a ver una forma de ganar dinero y la fama no, convertirse en un comerciante de la medicina, que sólo se reúne si bien pagados.

Y para ser capaz de permanecer físicamente atractivo, muchas personas viven a expensas de los medicamentos y regímenes crueles, y llegado a confiar en él para guardar las apariencias.

Y cuando el cuerpo físico cobra sus impuestos, dependiendo de la edad, empiezan a estirar la piel por todos lados, como si se pudiera engañar a las leyes que rigen la materia.

Lo que el individuo no se da cuenta, es que la lucha por tener más, ser más y más infelicita olvida.

Aquellos que logran obtener bienes materiales, fama, y ​​se ve bien, emplean su tiempo y su salud para mantenerlos.

Y los que no se dan cuenta que esos sueños establecidos por la sociedad, se vuelven infelices y frustrados porque lo consideran incapaz de hacerlo.

Jesús, el gran psicólogo de la Humanidad, se recomienda que los esfuerzos para conquistar bienes envidássemos que ni la polilla ni el orín corrompen. Y estos productos son las virtudes del Espíritu, que nos siguen por toda la eternidad.

Así que cuando los humanos entienden que el dinero es un medio y no un fin para lograr a toda costa, que bendito recurso a cabo en el servicio del progreso y de su propio semejante en todos los sentidos.

"No se inquieten por la posesión del oro", aconseja Jesús.

Y la parábola del rico que sólo se preocupaba de llenar los graneros de manera egoísta Él advierte: "¡Necio eres Sin embargo, esta noche se requiere el alma."

Entonces Jesús dijo que no debemos despreciar los bienes terrenos, o dinero, sino que enseñó que los bienes terrenales son aquí cuando nos vayamos de aquí y que no vale la pena hacer una vida y perderse.

Tú vales por lo que es y no por lo que tiene o su apariencia física.

Las virtudes son los tesoros más preciados que puede ganar.

Siempre recuerde que nada vale la pena si tenemos que renunciar a nuestra dignidad, nuestra integridad, o nuestros valores nobles.

 ♥

Texto del Momento Espírita,

basado en texto libro ¿Por qué hacemos lo que hacemos,

Edward Deci, ed. Negocios

Besos 1000!