Quiero compartir con vosotros una anécdota totalmente verídica, sucedida en Aranjuez, hace solo unos días a un Rey Mago de los que pasan a visitar a los más pequeños por los colegios justo antes de las vacaciones. Me contaba este Rey que habían estado viendo a los niños de infantil y que a la pregunta de qué era lo que querían pedirles, se encontraron con varias respuestas de esas que dejan helados:
- Quiero una mamá, dijo una pequeña de 4 o 5 años. - Quiero que mis papás no se peleen, dijo otro niño de la misma edad.
Me decía este Rey que se quedó helado, se le hacía difícil volver a preguntar a otro niño que era lo que quería. No es para menos.
Quizás en algunos casos pueda resultar que los Reyes Magos, por muy magos que sean, se estén equivocando e intentan suplir con muchos regalos alguna que otra carencia que pueden tener esos niños pensando que así solucionan problemas más importantes...
Ojalá esta noche los Reyes os hayan dejado a todos aquello que cada uno haya pedido, pero que no se les haya olvidado dejar muchos, muchos besos.