Tú, has vuelto
Dame la mano ángel sin heridas. Piedra, dame tu esquivo corazón sin arrugas. Nube, dame tu rostro de repentina fruta.
Hermanos, sostenedme la alegría. Temo que la ceniza me invada de repente. Voy a caer sin sangre, van a volar mis sienes.
Pasas una larga rosa por mis hombros. Un mar adolescente me riza los cabellos. Mis pies tocan apenas las cúpulas del viento.
Hermanos, rodeadme porque temo que mis ojos se alejen como trompos de niebla o que sobre mi pecho se derrame la tierra.
Ángel sin duelo, dame tu sonrisa. Corroboradme hermanos para que yo no encuentre sino andando a través de sus ojos a la muerte.
Sara de Ibañez~
Novato
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