Combate imposible
Con astuta cabeza de zafiro, bloque de piedra fría y transparente, inmóvil, la mandíbula sellada, linda con la tiniebla el monstruo leve.
Mientras el polvo en que se duele el mundo curva su flor, su lágrima troquela, y entre los tersos cánticos del día sordas espadas con su vuelo templa.
Ah, nunca, nunca, la terrible escama su fuego amargo torcerá en la lucha, ni se abrirá para tragar mi cuerpo la boca acrisolada por la espuma.
Aquí jadeo hasta acabar la sangre clavada en la canción mi lanza triste, hasta que el fruto de su viejo vientre lance al estrago la materna esfinge.
Sara de Ibañez
Novato
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