¿Existen las geishas en la actualidad?
Hacia el siglo XI, un geisha era una persona que desarrollaba
habilidades artísticas. De hecho, la palabra 'geisha' está formada por
"arte" y "persona", es decir, que no se refiere en un principio al sexo
de la persona. Sin embargo, con el paso del tiempo las mujeres pasaron
a desempeñar esta profesión ya prácticamente desaparecida en Japón.
Las niñas, reclutadas previo pago de una importante suma a su familia,
vivían durante años enclaustradas en escuelas especializadas donde
se les enseñaba a agradar a los hombres con su comportamiento discreto
y sumiso, el aprendizaje de la técnica tradicional de servir el té y el dominio
de un instrumento musical. Casi siempre se las destinaba a un hombre,
su comprador, que las instalaba en una casa de té donde la mujer ofrecía
su encanto a los hombres invitados. Este escenario suponía un lugar tranquilo,
sin tensiones, para el descanso del amo, que además gozaba de los favores
sexuales de la geisha.
A pesar de la evidente esclavitud del oficio, de los sacrificios que
las niñas debían realizar para aprender las complicadas danzas y
cantos, de los años de encierro en la férrea disciplina de las escuelas,
la vida de las geishas podía ser más libre que la de sus contemporáneas
japonesas unidas a una familia convencional.
Estas mujeres anónimas, que perdían su identidad para pasar a
identificarse por su profesión, se han convertido ahora en seres virtuales
que los hombres japoneses visitan en la red. Las geishas infográficas ya
no sirven el té para sus invitados masculinos, pero siguen presentándose
modosas, sometidas, sin identidad, etéreas, sin carácter ni personalidad,
dispuestas a satisfacer los deseos de los japoneses con la mente en blanco.
Neskatilla