Edificaos en la fe.
2013-06-26 Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán».
Oración introductoria
Señor, para que pueda producir frutos buenos en mi vida, tengo que estar unido a Ti en la oración. Estoy consciente de mi debilidad y de mi inclinación al pecado, pero confío en tu perdón y misericordia. Ven, Espíritu Santo, ilumina mi oración.
Petición
Dame, Señor, el don de ver la bondad de los demás.
Meditación
Edificaos en la fe.
«Por este motivo, queridos amigos, os invito a intensificar vuestro camino de fe en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Vosotros sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es vital tener raíces y bases sólidas. Esto es verdad, especialmente hoy, cuando muchos no tienen puntos de referencia estables para construir su vida, sintiéndose así profundamente inseguros. El relativismo que se ha difundido, y para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento. Vosotros, jóvenes, tenéis el derecho de recibir de las generaciones que os preceden puntos firmes para hacer vuestras opciones y construir vuestra vida, del mismo modo que una planta pequeña necesita un apoyo sólido hasta que crezcan sus raíces, para convertirse en un árbol robusto, capaz de dar fruto. » (Benedicto XVI, Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, 2011).
Reflexión apostólica
«El Regnum Christi, con toda la Iglesia, reconoce al Espíritu Santo como el guía y artífice de la santidad, el que ilumina el corazón del hombre, el que le fortalece en su debilidad, el que hace que su apostolado sea fecundo y sus frutos permanezcan; y lo invoca como padre de los pobres, dador de dones, luz de los corazones» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 77).
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón.
Jesús, quiero producir esos frutos buenos para dar gloria a tu creación. Sé que esto es difícil, pero te pido tu gracia para rectificar hoy todo aquello que me aleja de Ti. Además, pongo en el regazo de María mi intención; bajo su protección y con su intercesión sé que todo será posible.
Propósito
Ser responsable de revisar los medios que estoy usando para lograr una formación permanente de mi fe.
«Un santo debe caracterizarse por la alegría, porque la alegría es uno de los frutos del amor»