El primado de Pedro.
2013-08-12Del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar». Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza.
Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: «¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?» Él les respondió: «Si lo paga».
Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?». Pedro le respondió: «A los extraños». Entonces Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti».
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, creo en tu presencia al iniciar este momento de oración. Sé que siempre me esperas y me cuidas. Quiero que este tiempo contigo sea un signo de mi profundo amor por Ti.
Petición
Jesús, ayúdame a saber reconocer tu grandeza y a convertirme en un auténtico discípulo y misionero de tu amor a través de mis palabras y acciones.
Meditación
El primado de Pedro.
«Cuando en circunstancias particulares Jesús se llevaba sólo a tres discípulos, a Pedro siempre se le nombra como primero del grupo: así sucede en la resurrección de la hija de Jairo, en la Transfiguración y, por último, durante la agonía en el huerto de Getsemaní. Además, a Pedro se dirigen los recaudadores del impuesto para el templo y el Maestro paga sólo por sí y por Pedro; Pedro es el primero a quien lava los pies en la última Cena y ora sólo por él para que no desfallezca en la fe y pueda confirmar luego en ella a los demás discípulos.
Por lo demás, Pedro mismo es consciente de su situación peculiar: es él quien a menudo toma la palabra en nombre de los demás; habla para pedir la explicación de una parábola o el sentido exacto de un precepto o la promesa formal de una recompensa. En particular, es él quien resuelve algunas situaciones embarazosas interviniendo en nombre de todos […] Pedro, para todos los tiempos, debe ser el custodio de la comunión con Cristo; debe guiar a la comunión con Cristo; debe cuidar de que la red no se rompa, a fin de que así perdure la comunión universal. Sólo juntos podemos estar con Cristo, que es el Señor de todos» (Benedicto XVI, 7 de junio de 2006).
Reflexión apostólica
«En la espiritualidad eclesial del Movimiento ocupa un lugar destacado la adhesión de mente, corazón y voluntad al Sumo Pontífice, pastor supremo de la Iglesia. Esta adhesión al Papa brota de la fe en la palabras con las que Cristo anunció a san Pedro su función de principio y fundamento visible y perpetuo de la unidad de la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 81).
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Jesús, ayúdame a entregar mi vida en el servicio y en el amor a los demás. Dame valor para ser un testigo de tu presencia en el mundo. Que no tenga miedo de mostrar que mi fe es el centro de mi vida y lo que da sentido a todo lo que hago.
Propósito
Hacer una oración especial para pedir al Espíritu Santo que ilumine y fortalezca al Papa Francisco.
«En todo torbellino de confusión y de protesta, de desobediencia, de contestación, tengamos clara y firme una idea: sólo hay un faro y sólo hay un ancla y sólo hay una brújula seguros: el Sucesor de Pedro. De él sólo nos consta por la certeza que nos da la Revelación en el Evangelio»