Sin la gracia no podemos hacer nada.
2013-09-06 Del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”.
Jesús les contestó: “¿A caso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.
Oración introductoria
Señor, no permitas que viva mi oración como si fuera una obligación pesada y fastidiosa. Como si se tratara de una actividad más de mi rutina diaria. Cada encuentro contigo en la oración es lo mejor que puedo experimentar. Eres el tesoro de mi vida, esa perla preciosa por la que vale la pena que deje todo a un lado con tal de poder experimentar tu amor.
Petición
Dios mío, dame la gracia de orar con un corazón nuevo y generoso.
Meditación
Sin la gracia no podemos hacer nada.
«Es verdad, el bautismo que nos hace hijos de Dios, la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida, es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales.
Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito que me cambie en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, yo permito a la victoria de Cristo que se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica. ¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios. De esa bella misericordia de Dios» (S.S. Francisco, 1 de abril de 2013).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón
Propósito
Hacer hoy, primer viernes del mes, una visita a Cristo Eucaristía y agradecerle la abundancia de su gracia en mi vida.
«La ciencia y la técnica han alcanzado las cotas más altas de la historia, y sin embargo, su autor, el hombre, sufre una especie de asma interior: se ahoga en lo material.
Quiere y necesita nuevos aires»